miércoles, 11 de enero de 2017

TIRANDO BARRIO
Por las avenidas de LAX
El artículo segundo de la constitución política de los Estados Unidos estipula que cualquier persona puede portar un arma de fuego y el artículo primero dice que podemos hacer lo que se nos pegue la chingada gana. Así que, por las calles de Los Ángeles, entre paredes pintarrajeadas, colchones y sillones viejos que bloquean callejones y banquetas donde persiste la sangre derramada por pandillas no es raro ver a la Virgen de Guadalupe, a San Judas Tadeo u otro santo.


Cuando se pierde el glamour

Las imágenes religiosas aparecen estampadas en veladoras que junto a flores, globos, peluches, y recuerdos conforman altares que pandilleros de esos barrios bajos del primer mundo suelen improvisar cada vez que la guerra de las bandas pasan por su cuota cobrando vidas. Esos altares son el recuerdo diario de la violencia que se vive en la ciudad, donde cientos de escorias callejeras que defienden su territorio y no permiten el libre paso por las cuadras convirtiéndolas en una jungla de pandillas por el negocio de las drogas.

Porque podemos ser escoria, pero también religiosos...

Algunas pandillas en un principio fueron formadas por migrantes que venían huyendo de la Guerra Civil en San Salvador. Aquí ellos se vieron obligados a sobrevivir en las calles y a pelear por su propia seguridad con las pandillas rivales de afroamericanos durante los años ochenta. Hoy en día, por muchas ciudades de Centro América, sobretodo en lugares como San Pedro Sula, San Salvador, Cuidad de Guatemala, algunas de las fronteras mexicanas como Chiapas y Tijuana, barrios pobres de Estados Unidos, los puedes ver divagando.  Estas Pandillas controlan parte del tráfico de drogas, además de extorsionar a la población. Matan a sueldo o secuestran al que se interponga en su camino. Son las mismas que hoy en día debilitan al gobierno y compiten por el control de las calles de una manera ilegal, razón por la cual los Estados Unidos quiere evitar el flujo migratorio de esta escoria de la humanidad hacia el norte.

No es Ecatepec... Es USA

Para pertenecer a las pandillas primero debes ser brutalmente golpeado.  El gobierno de Estados Unidos deportó a muchos de sus integrantes por delitos criminales en los años noventa, y así fue como las pandillas se expandieron desde los Estados Unidos hasta Centro América creando una red internacional de delincuencia. El objetivo de mi valedor Trump es cooperar con los gobiernos de estas tres naciones para implementar programas preventivos de violencia. Se contará con un presupuesto y el objetivo es combatir la delincuencia organizada, y reducir el número de homicidios; ya que son alarmantes. La difícil tarea de recuperar el orden social, y la seguridad en las calles, y con ello poder terminar desde sus raíces con el crimen organizado que tiene bajo amenaza al propio Gobierno, no es cosa fácil.
 
Para los que no sabemos inglés

La FBI cataloga a estos grupos delictivos como los más grandes e importantes de California, y por desgracia, mucha gente inocente es víctima de la violencia que estas pandillas ocasionan. Gran parte de la población no cuenta con el respaldo del sistema judicial para que los proteja. Los derechos humanos han sido olvidados y existen barrios  enteros  bajo sus propios mecanismos de defensa generando más violencia. La violencia es un grave problema, y obliga a personas de bien a buscar una salida inmediata y arriesgar su propia vida fugándose de ese entorno criminal. Los  cárceles están saturadas y no ofrecen una solución a este doloroso conflicto. Las pandillas también perjudican económicamente a la Nación y la dejan devastada socialmente. Estados Unidos no se conoce por su riqueza solamente, sino que llama la atención también con las pandillas.  Este país es un foco rojo de estos maleantes y desde la ciudad de los Ángeles se administran las pandillas.

Alguna esquina de los Ángeles

Cabe destacar que ningún gobierno antes hizo nada hasta ahora que el problema se salió de proporción y los delincuentes tomaron demasiado territorio y poder por todos lados. Sobre todo, a los jóvenes quienes trabajan en actividades ilícitas y están atrapados en las garras del vicio de las drogas. En conclusión, la nueva administración tomará el control y acabará con la plaga maligna de las pandillas. No es una tarea fácil para esta nueva etapa, ya que se requiere de personal altamente capacitado para poder desbaratar a estos individuos peligrosos de la sociedad. Las pandillas también tienen en sus filas a ex líderes militares, cuentan con el apoyo de la mafia mexicana, y armas de grueso calibre para seguir operando. 

Negocio en Los Ángeles

Esperemos ver resultados positivos en un corto plazo, mientras, por favor le pido  Presidente Trump que deje de estar chingado la madre a todos los Mexicanos Trabajadores que se ponen una chinga en sus labores diarios, y mejor ponga a trabajar o todas esas generaciones de ciudadanos norteamericanos huevones, parásitos, trabajadores del sistema y me dejes seguir sobreviviendo para mantener a mi familia.

Atentamente

EL PINCHE PANCHO

♫♫Ahora que vivo al otro lado del Río Bravo
ya tengo mi estéreo, mi coche, y una televisión;
me vine de México al gabacho de mojado,
estoy ya cansado de hamburguesas, puros hot dogs.

Y la placa nos busca porque estamos de ilegales,
no me quieren los cholos porque les hablo en español;
y hay gente que se vuelve gacha
vendiendo crack en el callejón,
clavados con la coca y en la drogadicción... ♫♫

Heavy Nopal  - Al otro lado del Río Bravo
► https://www.youtube.com/watch?v=FSTKG0iZTYo


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τσdσs lσs Dεяεcнσs яεsεяvαdσs







viernes, 6 de enero de 2017

AL OTRO LADO DEL RÍO BRAVO

La frontera

♫ Pancho acaba de llegar del otro lado,
y dicen que ha llegado bien mamón,
que se siente bien gabacho,
que se le hace gacho el barrio,
se avergüenza del lugar donde nació…  
 Pinche Pancho - Charlie Monttana:

Del otro lado del Río Bravo
Mi transculturación es un proceso muy complicado, ya que incluyen muchos aspectos que datan desde la mezcla de culturas de mis antepasados hasta mi mezcla con la cultura anglosajona. También en el proceso tienen mucho que ver mis propias preferencias personales, mi estatus social y mi posición geográfica.
Oceanside

Mis abuelos fueron hijos de la revolución mexicana, mis padres son hijos de la Guerra de los Cristeros nacidos en México; crecieron en un pueblo abandonado por el mal gobierno y donde hasta hace apenas un par de décadas llegó la electricidad. Por ese entonces, el país tenía un conflicto entre la iglesia católica y el gobierno mexicano, ya que la nueva ley de la constitución desfavorecía al clero y a las clases más bajas de la sociedad mexicana. Mis padres como la mayoría de las personas que nacieron en ese periodo, sufrieron la resaca de la revolución, sus precariedades y como consecuencia pasaron su infancia trabajando en las zonas rurales al igual que mis abuelos.
Castillo de los Mormones en San Diego
Cuando mis padres se casaron emigraron al Distrito Federal, una de las urbes más grandes del mundo desconocida para ellos, buscando (como la gran mayoría de las personas) una vida mejor, pero carecían de educación, ya que en su lugar de origen no había escuelas. Mi padre fue obrero en la fábricas y mi madre se dedicó al mantenimiento de su hogar.
La banda discriminada
Mi apellido es muy popular en México, y al parecer se debe a que mis tatarabuelos son de origen mestizo. Mi abuelo contaba de su padre quien tenía ojos negros y que, así como en la familia había gente nopalera con tintes europeos, también había prietos de ojos oscuros y eran parientes de los mayas. Si esos ciudadanos mexicanos que te encuentras en la calle y discriminas por traen sus huaraches y no hablan muy bien español.
Un anuncio en la Metrópoli

Las tradiciones o herencias culturales que dejaron mis abuelos están muy arraigadas en nuestra familia. Una de ellas fue la música ya que él tocaba la guitarra en el patio todos los fines de semana y cantaba corridos de la revolución mexicana y pasaba las horas contando historias que se han pasado de generación a generación. También está muy latente la tradición de reunirse y celebrar las navidades y otras festividades. Ahí en su casa frecuentemente se puede encontrar algún familiar tocando la guitarra en el patio o en el sofá de la sala, echando unas chelas o tomando café. La casa de los abuelos siempre ha sido un punto de reunión familiar los fines de semana. Ya quiero enterrar ese negro pasado, lo quiero olvidar, pero aquí en el gabacho en la radio también suenan los corridos pesados. Por otro lado, el tipo de música que escucho, está influenciado por el entorno en el que me desenvolví fuera del seno familiar.
Rumbo a Los Ángeles, CA
La capital mexicana es una urbe enorme y yo crecí en una de las zonas más pobres de la ciudad en donde la ley del más fuerte prevalece y te obliga a sobrevivir o ser una víctima de su sistema. Yo crecí escuchando rock urbano. Por lo tanto, ha sido difícil acostumbrarme al tipo de música popular que se escucha en Estados Unidos porque yo no sigo la cultura del fútbol americano ni escucho los artistas de moda y sigue siendo un conflicto de resistencia. La escuela fue el despertar de mi conciencia. Con el sacrificio de mis padres, tuve la oportunidad de pasear (no estudiar) la preparatoria popular Tacuba donde el sistema escolar y el entorno social me moldeó como un mexicano de cuidad.
La perrera de la Migra en el retén de San Clemente
En la primaria me enseñaron a respetar la bandera, y en la secundaria descubrí que México es un país en vías de desarrollo, o, mejor dicho, tercermundista como lo catalogó mi maestro de ciencias sociales.
Buscando al Pinche Pancho en el Valle de San Fernando
CONTINUARÁ...